viernes, 26 de febrero de 2010

LAS EMIGRACIONES SON TRISTES


Voy a relatar el trauma que yo sufrí cuando solo contaba catorce años.
Mis padres, por problemas de trabajo, tuvieron que cambiar de pueblo. Yo, como era menor de edad, no tuve más remedio que seguirles, pero para mí fue una tragedia.
Yo ya tenía mi círculo de amistades, que las conservaba desde pequeña. Tuve que romper con todo el pasado de mi corta vida.Recuerdo que me pasaba las noches llorando, sin que nadie me viera, aprovechando que todos dormían.
Nunca les dije a mis padres que no me quería ir, ya tenía suficiente edad para comprender que lo hacían por necesidad.

Cuando llegué a aquel pueblo fue mi gran desilusión. Era totalmente diferente al que yo había dejado. Era un pueblo nuevo y estaba a medio hacer, Todas las calles llenas de barro, sin unos mínimos servicios y, por supuesto, sin diversiones.
Me cayó tan mal que aunque con el tiempo mejoró, viví en él veinte años y nunca lo acepté.
Cuando cumplí los treinta y cinco años emigré de Extremadura y eso fue para mí como un desgarro, era romper con toda mi vida. Escribí esto.

De Extremadura marché
mirando atrás con tristeza
aunque viviera cien años
no olvidaré su presencia.
Si yo pudiera expresar
lo que realmente siento
no hay poeta en este mundo
que exprese mis sentimientos.

Manuela Llera Ramos, 22-1-2010

1 comentario:

  1. Me encanta como escribes, como lo describes y ahora que cada quince días tengo la posiblilidad de escuchar tus poemas, es un placer.

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