lunes, 12 de abril de 2010

LA TÍA RAMONA Y EL EXTIRPADOR

La Tía Ramona era una señora muy viejecita que pedía por las casas y daba miedo de verla. La pobre señora vivía debajo de un puente y tenía de todo lo que recogía pidiendo. El puente tenía tres ojos y ella había cerrado uno por una parte y allí tenía su casita montada, que no le faltaba de nada pero todo era basura y el agua pasaba por el lado de ella.
Pero enfermó y fueron por ella. La metieron en un hospital y cuando fueron a limpiar el puente no veas lo que allí había. Encontraron un montón de dinero que todo fue al hospital. Allí murió la Tía Ramona.
A los niños que no querían comer les decían “¡Qué viene la Tía Ramona y se lleva la comida!

Cuando yo era pequeña mi madre nos decía, “No salir a la calle porque viene el extirpador”. A nosotros nos daba mucho miedo porque decían que era un hombre que se llevaba a los niños y les sacaba la sangre para las personas que estaban enfermas de tuberculosis porque entonces no era como ahora que tienen sangre en los hospitales para salvar tantas vida.

Isabel Milla, 26/1/2010

jueves, 11 de marzo de 2010

EL TÍO DEL SACO

 
Cuando yo era pequeña mis padres me decían: “Cuando venga la luz te quiero aquí porque viene el Tío del Saco”.
El Tío del Saco era un señor que cuando otro más rico se ponía enfermo de tuberculosis, como no había medicamentos para cúralo, cogía a los niños, los mataba y la sangre se la daba a beber para que se curase.
No sé si era verdad o no, a nosotros nos asustaban diciéndo eso. Yo creo que era absurdo asustar  a los niños de esa forma.


Conchi López

lunes, 1 de marzo de 2010

CUANDO VINE A CATALUNYA


Cuando me vine a Cataluña, tenía 23 años.
La verdad es que cuando lo pensé, no hallaba que medidas tomar para que la cosa me resultara lo mejor posible.
Mi familia no estaba muy conforme en que me viniera pero yo me daba cuenta de que allí no prosperaba nada, debido a que tanto la agricultura como la ganadería no daban el rendimiento esperado porque no había precipitaciones que favorecieran las cosas del campo.
Todas estas circunstancias y otras me obligaron a dejar la tierra que me vio crecer. Total, que me vine a probar suerte, pero sin grandes ilusiones. Eso sí, me salió bastante bien aunque tuve que trabajar muy duro.
Rafael Calatrava, 21- 1 -10

viernes, 26 de febrero de 2010

LAS EMIGRACIONES SON TRISTES


Voy a relatar el trauma que yo sufrí cuando solo contaba catorce años.
Mis padres, por problemas de trabajo, tuvieron que cambiar de pueblo. Yo, como era menor de edad, no tuve más remedio que seguirles, pero para mí fue una tragedia.
Yo ya tenía mi círculo de amistades, que las conservaba desde pequeña. Tuve que romper con todo el pasado de mi corta vida.Recuerdo que me pasaba las noches llorando, sin que nadie me viera, aprovechando que todos dormían.
Nunca les dije a mis padres que no me quería ir, ya tenía suficiente edad para comprender que lo hacían por necesidad.

Cuando llegué a aquel pueblo fue mi gran desilusión. Era totalmente diferente al que yo había dejado. Era un pueblo nuevo y estaba a medio hacer, Todas las calles llenas de barro, sin unos mínimos servicios y, por supuesto, sin diversiones.
Me cayó tan mal que aunque con el tiempo mejoró, viví en él veinte años y nunca lo acepté.
Cuando cumplí los treinta y cinco años emigré de Extremadura y eso fue para mí como un desgarro, era romper con toda mi vida. Escribí esto.

De Extremadura marché
mirando atrás con tristeza
aunque viviera cien años
no olvidaré su presencia.
Si yo pudiera expresar
lo que realmente siento
no hay poeta en este mundo
que exprese mis sentimientos.

Manuela Llera Ramos, 22-1-2010

martes, 23 de febrero de 2010

VACACIONES


El día 28 de enero me fui de vacaciones a Almería, mejor dicho, a Roquetas de Mar. Me lo he pasado muy bien, me han hecho unos días muy buenos. Mis compañeros se metieron en el mar. Yo, como soy muy friolera, no, aunque estábamos a 17 y 18 grados.

He estado en Garrucha y otros pueblos más, en el Ejido, Almuñécar, Aguadulce, Motril y he estado viendo donde ruedan las películas del oeste y un zoológico que hay en el mismo sitio.

También he estado en Motril comiendo en el Cortijo de Manuel, en medio de la vega de Motril, rodeada de chirimoyos, aguacates, palmeras y otros muchos frutales tropicales. A continuación de la comida, un magnifico espectáculo flamenco.

También estuve en Garrucha, un pueblo de pescadores donde hay un pescadito frito de muerte. Es precioso, tiene una Virgen del Carmen hecha de mármol que mide 5 metros de alta, es preciosa.

Por la noche bailar y jugar al bingo, de día petanca y otros juegos.

El día 11 de febrero a casa y el 13 al carnaval, que me disfracé de payasa y ayudé a que otras se disfrazaran.

Han sido mis vacaciones. Hasta la próxima.

CONCHI LÓPEZ. 13/2/2010

martes, 2 de febrero de 2010

SAN ANTÓN, FIESTA GRANDE EN JAÉN Y PROVINCIA

Corrtijo de Granada. Señoras amasando harina en una artesa para la fabricación del pan.
 En la ciudad de Jaén, supongo que se siguen celebrando las hogueras en la noche de San Antón, como en Cataluña se prenden en Sant Joan. En Jaén se encienden ese día aprovechando que coincide con la poda de los olivos. No hay falta de leña para esta ocasión.
Todos los vecinos de la calle se agrupan alrededor de las hogueras. Cuando queda el rescoldo, o sea, las brasas, se ponen calabazas enormes dentro, se cubren con las brasas y a esperar que se cuezan. Entre tanto, se hacen palomitas, que allí les llaman rosetas o flores, y unos con la bota, otros en porrón y los más en vasitos, se echan sus tragos de vino pasando los porrones y las botas de mano en mano. Se canta, se baila. De esta fiesta solían salir parejas que a partir de aquel día ya eran novios formales. Había juerga para todos, unos cuentan sus chistes y otros simplemente ríen y se lo pasan bien.
Por fin, la calabaza está a punto. Se abre por la mitad y la sirven, principalmente las señoras, en platos. Pero no hay que correr que hay para todos. Las calabazas tienen varios kilos y cada dos o tres familias hacen su hoguera, con lo cual, la fiesta se alarga hasta altas horas de la madrugada. Esto es lo que sucedía por aquellos tiempos. No sé si habrá cambiado esta tradición. Yo desearía que se mantuviera porque creo que las tradiciones deberían perdurar para siempre.   


AGUSTÍN RUEDA, 21/1/ 2010

miércoles, 27 de enero de 2010

OLLA GITANA

Receta: Olla gitana

1º  La noche antes, se ponen en remojo garbanzos y judías secas en agua buena.

2º Al otro día, se pone la olla con agua. Se asa una cabeza de ajos. Una vez limpia,  se pone en la olla. Se parte una cebolla, un tomate partido, unas judías tiernas, un poco de perejil y una hoja de laurel. Cuando esté el agua tibia, se echan los garbanzos y las judías. Entonces se  le pone aceite en crudo, una cucharada de pimiento molido y una poca de pimienta. Cuando los garbanzos, y todo lo demás, están cocidos, se le echa la calabaza partida, las patatas y sal al gusto. Una vez todo cocido ya está la comida hecha.

Rafael Calatrava.15-1-10

lunes, 25 de enero de 2010

Los quesos de mis abuelos


Esta foto está hecha en Barcarrota, Badajoz. Estoy yo con mis hermanos, primos y amigas. Marzo, 1961 

Antiguamente, el queso se hacía a mano. Voy a relatar los recuerdos que guardo de mi niñez.
Mi abuelo materno era pastor. Yo pasaba grandes temporadas con ellos, por tanto, recuerdo como elaboraban el queso.
Muy de buena mañana, mi abuelo cogía los cubos, de aquellos que había de chapa, y se iba a ordeñar las ovejas y las cabras. Cuando llegaba con los cubos llenos, mi abuela colaba la leche y la depositaba en potes de barro, los arrimaba a la candela y les ponía el cuajo.
El cuajo lo obtenían del estomago de los corderos. Cuando aún mamaban, se sacrificaban y se les extraía el estómago. Se colgaba hasta que se secaba; una vez seco se queda como un polvo, se recoge bien y se conserva en un bote con preferencia de cristal y bien tapado. De ahí se coge una cantidad pequeña y se pone en la leche. Según la cantidad de leche, así se le pone de cuajo. Creo que no había medidas exactas, lo hacían a ojo.
Después de ponerle el cuajo, tenían una varita larga, pero muy fina, en una punta tenía un círculo de corcho haciendo un poco de cono. Con esa varita se batía la leche muy bien, hasta que quedaba bien diluida. Se dejaba en reposo hasta que estuviera la leche cuajada. Para hacer la comprobación se introducía la varita en la cuajada con el cono para arriba, si no se movía ya estaba la leche cuajada. Era el momento de volverla a batir con la varita, esta vez con el cono para abajo; batir enérgicamente hasta que la cuajada está bien mezclada. Volver a dejar en reposo hasta que la cuajada se vaya para abajo.
Se empiezan los preparativos para hacer el queso. Se ponen en el entremijo los aros, que los había de diferentes modelos. Mis abuelos los tenían de chapa, de corcho y de madera.  El entremijo era como una mesa más bien grande; se podían hacer varios quesos a la vez. Estaba rodeada de una madera de unos diez centímetros para que no se cayeran los quesos, Solo por un extremo quedaba descubierto, era por donde caía el suero, que se recogía en un cubo o en potes.
Recuerdo a mis abuelos, con sus mangas subidas hasta el codo y lavándose las manos con un trozo de jabón verde y un estropajo que se hacía con soga de esparto. Se sentaba uno enfrente del otro y empezaba la faena. Ponían los aros en marcha, cogían la cuajada del fondo del pote, escurrían bien el suero y lo pasaban al aro, lo presionaban bien hasta que desaparecía el suero en lo posible. En ese momento se le ponía la sal gorda y los colocaban en unas estanterías de madera. Al día siguiente le daban la vuelta, le ponían sal por el otro lado y vuelta a la estantería.
Luego solo quedaba la curación, dándole vueltas cada dos o tres días. Cuando estaban secos, se untaban de aceite y se guardaban en orzas de barro.
Mi recuerdo más agradable era el cabrerito, un quesito pequeño que me hacían cada día. Yo me lo comía de un día para otro.
Alguna vez me lo freía mi abuela revuelto con un huevo, estaba buenísimo.

Manuela Llera Ramos, 19-1-2010        

viernes, 22 de enero de 2010

LA COCINA DE MI MADRE




Mi madre hacia una miel de remolacha. La remolacha tiene que ser azucarera. Se lava, se corta en trozos y se cuece. El agua se reduce hasta quedar como la miel de espesa. La miel se puede comer como se quiera.
Mi madre hacía un postre con miel. Ponía la miel y trozos de una calabaza especial que ya desgraciadamente se ha perdido la semilla. Este postre se llama meloja.

También hacia un postre con castañas. Las castañas peladas las ponía en una olla con ramas de canela, anís en grano,  azúcar o miel y las castañas bien cocidas. Se puede comer así o se le pone un puñado de arroz. Es un postre muy bueno. Se come frío.

Hacía otro postre con calabaza. La calabaza tiene que ser de unas que son macizas menos por el culo que esconde la semilla. La semilla se le saca y dentro se le pone miel o bastante azúcar, canela, licor o vino dulce. Se mete al horno y hasta que se cuece.  Es un postre frío.

Mi abuelo vivía en un cortijo donde tenía de toda clase de animales y también tenía colmenas. El día que se castraban las colmenas era una fiesta. Entonces se castraban a mano y se sacaba la miel a mano. Yo, como la nieta mayor, iba a ayudarle. Él sembraba muchos pepinos para tener para ese día, pues poníamos una fuente de miel y pepinos  en tiras y a comer miel con pepino. Es un postre delicioso.

Mi madre hacía las gachas de harina de maíz. En una sartén ponía el agua con sal. Se pone la harina y se va removiendo hasta que está cocida y queda espeso. El cardo lo hacía con un sofrito de cebolla, ajo, pimiento colorado seco y majado, un poco de comino. Todo eso se pone en la olla a cocer con agua y sal. Una vez está un rato hirviendo se le ponen unos pimientos asados a tiras en el caldo y que hierva un poco. A continuación, se pone encima de la masa de las gachas y a comer. También se hacen con leche de la misma manera, pero en vez de hacer la masa con harina de maíz se hace con harina de trigo, en vez de hacer caldo se le echa leche.
También se hace con harina de trigo y leche y en vez de hacer caldo ni leche se cortan trocitos de tocino, de longaniza, trocitos de pan y se refríen  y  se revuelve todo y a comer.

Conchi López

jueves, 7 de enero de 2010

EXCURSIÓN A LA MONTAÑA DE PALLEJÀ



El día doce de noviembre hicimos la salida al campo para recoger  hojas de los árboles y matorrales, tales como romero, higuera, encina, álamo, roble, tomillo, algarrobo, altabaca y muchos más. 
El romero tiene muy buenas propiedades. Sirve para la digestión, para curar el hígado,  quitar los ardores y muchas cosas más. 
La higuera hace los higos y la encina hace unas bellotas que están muy buenas de comer. Del álamo sale una madera muy buena para hacer sillas, que se les pone el culo de aneja.
El roble tiene una madera que es muy buena para los muebles en general. El tomillo,  también llamado farigola, sirve para curar los resfriados, garganta, digestión y el dolor de cabeza.
El algarrobo echa un fruto que se llama algarroba y se usa para los animales, mulos, cabras y cerdos. Antiguamente, se hacía hasta chocolate con las algarrobas.
Con la altabaca se curan heridas, golpes, dolores de muelas, disminuye el azúcar en la sangre, calma los dolores reumáticos. Se emplea en infusiones.    

Francisco Ruiz. Pallejà, 18/12/2009