viernes, 18 de diciembre de 2009

Sopa de tomillo



Fuimos de excursión a la fuente de las Rovires. Por el camino, vimos las plantas que se pueden encontrar en el entorno, algunas medicinales, aunque yo sé poco de para qué sirven. Lo que sí reconozco son los nombres de las plantas: el romero, el tomillo, la hierbabuena, el roble, los olivos, el algarrobo... Cuando era pequeña, en tiempo de guerra civil, nos habíamos comido algunas algarrobas y las encontrábamos muy buenas.
En la montaña también se encuentra algún conejo, alguna serpiente y, como es natural, pájaros.
La montaña, como todas las cosas, también ha cambiado, principalmente la Fuente de las Rovires. Antes quedaba cubierta por mucha vegetación, ahora, sea por el fuego o por el viento, queda más despejado. Lo han limpiado, lo han arreglado y queda muy bonito. Cuando llegas al monte, también encuentras diferente la carretera que llega a Fontpineda. Antes, había un camino en mal estado.

Con el tomillo se puede hacer sopa. Muy sencilla de hacer. Es tan sencilla que cuando mi marido o alguno de mis hijos me dicen que les haga sopa, siempre digo: "¡Huy! La sopa de tomillo es la única cosa que no sé hacer!" Así me quito la faena de hacerla. De todos modos, voy a contar como la hago. Se coge pan del día anterior, se corta bien fino. Encima, se pone el tomillo. Se pone a calentar cualquier caldo de verdura y cuando hierve se hecha sobre el tomillo y se deja reposar un rato. Ya tenemos la sopa hecha. Se le puede poner un huevo. 


Rosa Armengol    

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